Uffffffffffff me da mucha pereza, después de tanto debatir con unos y otros, aqui y allá, sobre "La piel que habito". Pero me lo quiero quitar de encima, así que ahí va:
Después de verla por segunda vez, he ratificado el punto de vista que tenía después del primer visionado. Es una película que no me puedo tomar en serio tal cual, pero eso no quiere decir que no me guste. Quiere decir que considero que la intención del autor no coincide con los resultados por completo, y por lo tanto no puedo procesarla tal cual.
"La piel que habito" no me emociona, pero me divierte. No me da ningún tipo de miedo, tensión o inquietud, pero sí me excita los sentidos, me hace reir; genera "cromos mentales" que puedo coleccionar y repasar una y otra vez.
Debo dejar a un lado mis consideraciones sobre el guión y sus, en mi opinión, fallos o debilidades en cuanto a la construcción de la narración. Bajo mi punto de vista, la historia está construida de tal forma que le falta fuelle, y desaprovecha un riquísimo material (incluyendo todo lo Tigrinho), centrándose en explicar una trama que ha complicado artificialmente (la novela de Jonquet daba para una estupenda adaptación, sencilla y eficaz) valiéndose de un gigantesco flashback tras el cual la tensión se desinfla y se resuelve en un par de escenas. Pero como digo, no voy a ahondar en estos aspectos. Hay profesionales como
ROBERT MCKEE que ofrecen interesantísimos ensayos a propósito de cómo escribir un buen guión. El lado bueno de todo esto es que se me han despertado unas ganas tremendas de aprender este arte, el de la escritura eficaz de guiones y el trabajo de los personajes, la narrativa y el suspense.
Mi forma de ver la película es como un film de serie B deluxe. La primera cult movie verdadera de Pedro Almodóvar. Citaré algunos aspectos de la película (que comparten muchas otras películas de serie b) para que entendáis a qué me refiero:
Errores de caracterización (brasileños de nacimiento con acento del Barrio de Salamanca)
Situaciones resueltas apresuradamente o de forma poco lógica (viajes Toledo-Galicia en taxi pagados con tres billetes encontrados en un pantalón).
Interpretaciones sobreactuadas y risibles (la entrada en el armario de Normita).
Frases encantadoramente absurdas ("Y ahora voy a ponerte un poco de after-shave", "Bueno, ya sabes cómo es él", "No tonto, pone Clips para despistar").
Escenas incluidas de forma más o menos gratuita para dar espectáculo (violaciones, orgías adolescentes, rajamientos de cuello).
Uso de material de archivo (un coche incendiándose, un niño bajando unas escaleras en un barrio de favelas, insectos y abejas inquietas).
Números musicales (Buika).
Papeles vergonzosamente mal interpretados por actores no profesionales (la novia y su amiga invitada en la boda, Buika).
Y por encima de todo, la INVOLUNTARIEDAD.
Este último elemento es clave: algunos críticos (nacionales e internacionales) han "acusado" a la peli de causar risas involuntarias entre el público. Para mi esto no es algo negativo, aunque afecta a la forma en que uno puede procesar el relato. Yo también he disfrutado de esas risas involuntarias, dos veces, y creo que poca gente podrá evitarlas. Rescato y atesoro todo lo involuntario de "La piel que habito" porque subraya mi teoría: para que un film sea verdaderamente catalogado como "kitsch" (elige la variante del concepto que prefieras: camp, de culto, trash, zeta...), es imprescindible que exista una involuntariedad en el proceso.
Ed Wood hacía sus películas completamente en serio, pero le salían mal. John Waters hace todo lo que hace de forma plemanente consciente, utiliza lo zafio y lo cutre a propósito, y obtiene exactamente lo que pretendía. Ambos cineastas son gigantes para mí, pero les diferencia ese elemento fundamental: lo involuntario.
La universalización de lo cutre, la cultura basura, y la absorción de lo underground por parte del mainstream (incluyendo todo tipo de ironías y alzamientos de ceja), hacen que hoy en día sea muy dificil, casi imposible, encontrar una obra equiparable a "Plan 9 del espacio exterior",
"The creeping terror", "
Ator el poderoso" o "Showgirls". Hay multitud de películas que se recrean en estos códigos de cutrez, y dan como resultado films divertidísimos, de culto en muchos casos también, pero que carecen de la autenticidad de esas otras películas que son malas sin proponérselo. Ejemplos de esta "cutrez deliberada" son "Kárate a muerte en Torremolinos", "
Planeta Atlón", "
Pervert!", "
Jesucristo cazavampiros" y tantas y tantas más que nutren las estanterías de los "frikis" (un término que ya no tiene nada de subversivo).
"La piel que habito" representa una novedad no ya dentro del cine de Almodovar sino del cine mundial: una película de un director de cine serio y consagrado, el director español (y europeo) más importante de la actualidad, y un nombre inscrito ya en la historia de la cultura universal, resulta ser una obra involuntariamente cutre. Una película de serie b, que puede verse y disfrutarse casi de igual forma a como disfrutaríamos de "Bride of the Monster", pero, y ahí está la gracia, con una realización impecable y preciosista.
Ed Wood y similares carecían de recursos (de todo tipo) para hacer sus películas. Otros, como Paul Verhoeven en "Showgirls", contaron con un presupuesto generoso y una carísima promoción, pero aún así no pudo evitar caer (y por ello doy las gracias) en lo Hortera (con mayúsculas de neón). "La piel que habito" tiene amplios recursos y un estreno internacional (con una buena recaudación por el momento), pero no es ni zafia ni hortera. Es preciosa: la música, la fotografía, las interpretaciones (al menos de Banderas y Anaya), los decorados, las localizaciones... todo es estéticamente perfecto. Y a pesar de esto, sigue siendo víctima de lo involuntario, abriéndose una puerta a la libertad del espectador.
Esa libertad es la de interpretar y digerir la película como le salga del coño o de los cojones. Que para eso ha invertido tiempo y dinero (o por lo menos tiempo) en ella. Me repatea la gente que recrimina a quien ríe en un drama (curiosamente, nadie recrimina a quien llora en una comedia). Este tipo de películas de las que hablo, las "series b" (o como quieras llamarlas), este cine involuntario, nos permite ejercer nuestro papel de espectadores de forma más dinámica y enriquecedora. "La piel que habito", ahora puedo decirlo, me ha dado esta oportunidad... aunque no lo quiera. Y yo lo agradezco.
Resumiendo, para mí es una rara avis que tiene un gran valor, y quizá algún día se escriba o diserte sobre ella bajo este prisma que ofrezco: un caso casi único de cine involuntario de alto presupuesto y factura impecable, bajo la mano y batuta de uno de los cineastas más prestigiosos del mundo. Mientras sale en dvd, momento en el cual pasará a formar parte de ese circuito de películas que me pongo en Halloween o cuando me apetece pasarlo bien riéndome y comiendo pizza, no estaría de mas revisitar otros títulos, por ejemplo de Ed Woood, que lo he nombrado ya al menos tres veces (¿se me aparecerá frente al espejo?). Os dejo con "JAIL BAIT", una peli con cirujano, venganza y reconstrucción facial. Disfrutadla!!
P.D: joder, para darme pereza escribir me he enrollado UN HUEVO.